Qué maravilla “Un verdor terrible” de Benjamín Labatut, lo mejor que he leído en lo que va de año. Un libro que anuda de manera magistral ficción literaria, historia y ciencia.
Y lo hace, además, a través de algunos de los científicos más importantes y trascendentes del siglo XX, desde Heisenberg, Schrödinger o Bohr hasta Einstein pasando por el inigualable matemático Grothendieck, entre otros muchos. Todos ellos condensan la locura del siglo corto, por cuanto cada uno refleja un siglo en el que lo real se pone de relieve como catástrofes nunca antes vistas (el verdor terrible de la guerra química, los hongos nucleares, etc.); también como un éxtasis embrujado y poseso por el conocimiento de lo real, una “Wissentrieb” freudiana que sublima eros, con promesas prometeicas que acaban produciendo engendros peores que cualquier Frankenstein; finalmente, como pasión delirante por lo real del matema, de los formalismos matemáticos capaces de una aprehensión, siempre sesgada, finita, de la realidad por cuanto siempre se les escapa, entre otras cosas, no ya las consecuencias de su integración bajo los mecanismos ciegos de lo social, sino lo innombrable mismo, eso que Freud señalaba con el concepto de síntoma, lo que no se deja aprehender bajo el matema o sólo en sus fallas emergiendo como lo siniestro.
Quizá el que mejor se percató de esa dimensión horrenda y peligrosa de la ciencia y el siglo fue el ya aludido Grothendieck, un matemático apátrida que, en los años setenta, en plena juventud, ya había resuelto las principales conjeturas matemáticas del siglo conquistando la medalla Fields. Grothendieck, viendo como nadie la amenaza fatal que subyacía tras la pulsión por el matema, que no es otra cosa que una pasión por lo real, decidió a sus cuarenta años retirarse de todo, abandonar las matemáticas, evitar todo contacto humano que no fuera esporádico, incluido el de sus familiares, vagabundear solitariamente, desconocido, por los pueblos de nuestro bellísimo Pirineo, y ello además, sin más mochila que una an-arquía con dosis de espiritualidad y un apoyo decidido a las causas de la paz y el ecologismo.

Un verdor terrible
Qué maravilla “Un verdor terrible” de Benjamín Labatut, lo mejor que he leído en lo que va de año. Un libro que anuda de manera magistral ficción literaria, historia y ciencia. Y lo hace, además, a través de algunos de los científicos más importantes y trascendentes del siglo XX, desde Heisenberg, Schrödinger o Bohr hasta…
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